INFLUENCIAS SOCIALES DEL TRANSPORTE:
Aparte de los
principales impactos ambientales del transporte, existen otros que tienen un reflejo
social de gran trascendencia y que afectan de manera directa a la salud de los
seres humanos.
Entre ellos se
encuentran los accidentes producidos por el tráfico, la ocupación del suelo y
la segregación espacial y social.
Accidentes:
Según estimaciones
de la Dirección General de Tráfico, desde mediados de siglo el automóvil se ha
cobrado más de 200.000 vidas humanas y ha generado más de tres millones de heridos
en España. Por consiguiente, la gravedad social de este fenómeno no admite
dudas de que supone un punto importante en el discurso de la actividad del
transporte.
El hecho de que se
produzcan en España en torno a los 5.000 muertos por año en la década de los
90 puede parecer alarmista; sin embargo, es curioso observar cómo las
sociedades desarrolladas asumen y aceptan la inseguridad del transporte en su
más cruda expresión y sin embargo reaccionan de distinta manera cuando en una
catástrofe fallecen unos pocos ciudadanos.
Constituye, por
tanto, una legitimación social que supera a cualquier otra actividad.
En el caso de
Aragón, la siniestralidad alcanza sobre el 4 % nacional, lo que supone unos 200
fallecidos por año en nuestras carreteras, de los que más de la mitad están
concentrados en la provincia de Zaragoza.
Estas cifras de
siniestralidad en Aragón son equiparables a su situación general en el marco
español, pues sólo tienen valores inferiores las Comunidades Uniprovinciales.
A veces, una
manera subliminal de desvirtuar la gravedad de un hecho real es modificar el
concepto de los términos.
Así nos podemos
encontrar con un elemento poco conocido como el de peligro y riesgo, de forma
que la Seguridad Vial los utiliza con cierta profusión, pero que en ocasiones
se presta a una incorrecta interpretación.
Es interesante
observar esta contradicción en los peatones y ciclistas, habida cuenta que objetivamente
no representan peligro para nadie, pero en cambio son extremadamente vulnerables,
y debido a que los usuarios son los que registran mayor riesgo de lesiones se
dice que son modos de transporte “peligrosos”. Todo ello, claro está, frente a
los modos de transporte denominados como “seguros” (automóvil, ferrocarril,
etc.).
Así pues, los
accidentes de tráfico son consecuencia del propio desarrollo de la humanidad,
pero un desarrollo que comporta gran número de fallecidos que es urgente
reducir.
Para ello las
medidas no deben ir solamente en la línea de educar a los peatones y
conductores, sino en la adecuación de los medios de transporte a las
características de la circulación, como por ejemplo adaptar la velocidad de los
vehículos a la permitida por la normativa vigente.
Marta Salazar De
Funes, Juan Francisco Lozano y Patricia Pomares.
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