|
Tren a vapor |
Inicialmente Andalucía se mantuvo a la cabeza del proceso industrializado, debido a la confluencia de una serie de factores favorables:
Alto crecimiento demográfico, por encima de la media española.
Estrecha y antigua vinculación comercial con el Reino Unido a través de Gibraltar, del comercio de los puertos de Cádiz y Málaga y por la presencia de un importante grupo de industriales británicos en Sevilla y Jerez de la Frontera.
Relación tecnológica con el Reino Unido: a Cádiz llegaron algunas de las primeras máquinas de vapor de Watt a fines del siglo XVIII.
Grandes recursos mineros, especialmente de minerales de plomo, cobre e hierro.
Acumulación de capitales, provenientes de la agricultura.
Mano de obra barata y abundante, proletariado por el fracaso de la desamortización, para la creación de una clase media propietaria y rural.
Notable burguesía comercial, avanzada en ideas, fundamentalmente establecida en Cádiz y en Málaga.
|
Tren a vapor S.XIX |
Sin embargo, a pesar de unas expectativas iniciales muy prometedoras, la industrialización en Andalucía fue desequilibrada: dispersa en pequeños núcleos muy separados entre sí, prematura y no respondió a las necesidades reales del mercado.
Los ferrocarriles andaluces estuvieron condicionados por el trazado radial determinado por la legislación nacional y por las necesidades de la exportación de productos agrícolas y mineros. El 23 de septiembre de 1829, José Díaz Imbrechts obtuvo del gobierno de Fernando VII la primera concesión de España para construir un ferrocarril, que uniese Jerez con el embarcadero del Portal en el Puerto de Santa María, con vistas a la exportación del vino jerezano. Pero diversas dificultades fueron aplazando el proyecto y en 1854 entró en funcionamiento el primer tramo entre Jerez y el Puerto de Santa María.
La línea Córdoba-Sevilla se puso en marcha en 1859 y se conectó con Madrid en 1861, tras superar el difícil obstáculo de Despeñaperros. La apertura de la línea Córdoba-Málaga tuvo una importante repercusión económica pues permitió el intercambio del carbón de la sierra con los productos agrícolas de la costa. A partir de 1877 la compañía MZA controló la mayor parte del trazado ferroviario andaluz. En la economía y en la sociedad andaluza tuvieron gran trascendencia los ferrocarriles mineros de Huelva y de Almería, que conectaban los distritos mineros del interior con los puertos costeros.
Manuel Oña Villalba
Armando Berros Ponce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario