Patrimonio monumental
Destacan dos tipos de
monumentos en Alcalá del Valle:
- Monumentos civiles
- Grupo dolménico de la Dehesa del Tomillo
Al norte de dicha dehesa,
se encuentra este yacimiento megalítico que, en 1983, fue excavado por el Museo
Provincial de Cádiz. Está conformado por enterramientos del Período
Calcolítico, anterior al 2000 a. C., en el comienzo de la Edad de los Metales.
Constituye una temprana muestra de población en esta zona de la sierra
gaditana. Se trata de un grupo de tres dólmenes de corredor con cabecera: es
decir, se componen de cámara circular con entrada monolítica y corredor recto
que hace de entrada. Son de dimensiones medianas, levantados con pequeños
mampuesto, ortostatos y dinteles de gran tamaño. Se pueden relacionar con otros
grupos de las áreas próximas sevillana y malagueña. También es destacable en
este yacimiento un menhir, roca de extremo aguzado colocada verticalmente sobre
un pequeño túmulo de piedras, siendo el único de este género en la arquitectura
megalítica de la provincia.
Cortijo de La Cacería
En el término municipal,
apartado de la población, surge con empaque el Cortijo de La Cacería, con
desusada apariencia de palacio o retiro que, tal vez, se explique por la
anterior existencia del señorío y marquesado de Benamejí. Su construcción data
del siglo XVI y se encuentra en lamentable estado de conservación. Sus muros,
la mayoría sin revoque, presentan buena cantería, con sillares perfectamente
cortados y recia mampostería. El exterior es muy sobrio, con aspecto de fuerte
y enmarca su acceso con recias pilastras. En el patio principal, destaca una
rítmica arcada, sostenida por columnas, sobre las que se asientan ordenadamente
un segundo cuerpo de arcos rebajados y pilastras, así como una doble escalera,
de tramos afrontados. De todo el conjunto, también sobresalen los arcos de
medio punto adovelados, que realzan el aire señorial del cortijo.
- Fuente Grande
Siendo Alcalá uno de los
lugares de mayor intensidad pluviométrica de la comarca y existiendo dos
manantiales (Fuente Grande y Pedro Ibánez) conocidos desde los orígenes del
asentamiento morisco, no es extraño que surja como lugar de interés este
enclave, hoy convenientemente embellecido y restaurado en 1997. El agua de esta
fuente es natural, proveniente del manantial homónimo y mana a través de cinco
caños, recogiéndose en el antiguo lavadero comunal, hoy recuperado al uso
ornamental y protegido con una base o sobresuelo. En la zona de la Fuente
Grande, se han hallado restos arqueológicos de la época romana, que demuestran
la existencia de población en la Antigüedad. Se están realizando excavaciones
para determinar el tipo de yacimiento, que parece ser una villa con anexos de
producción agrícola y cerámica, de los que son ejemplos los capiteles romanos
encontrados.
- Monumentos religiosos
- Iglesia parroquial de Santa María del Valle
Dedicada a la patrona de
Alcalá, se yergue imponente su fachada (muy retocada del original) y el volumen
del edificio. La iglesia se edificó en estilo barroco entre los siglos XVII y
XVIII, aunque ha sido objeto de múltiples modificaciones, en especial, en 1883,
debido a su mal estado. El interior está dividido en tres naves, separadas por
grandes arcadas, que sostienen sendas bóvedas bajas. La fachada, sin torre, y
con hastial, tiene un diseño escalonado de reciente interpretación y se remata
con una espadaña de dos huecos en línea y un reloj. Entre su patrimonio,
destaca una pila bautismal de piedra con relieves fechada en el siglo XVII,
procedente del vecino monasterio de Caños Santos. El monasterio, tras su
decadencia, surtió de diferentes obras a la iglesia parroquial, como La Tabla
del Milagro, relieve policromado barroco que representa el milagro que originó
la construcción del santuario de Caños Santos y el Cristo de la Buena Muerte
(c. 1600).
- Monasterio de Caños Santos
Caños Santos es el
santuario a seis kilómetros de la localidad, hacia donde se dirige la romería
cada comienzo de mayo. La propiedad del conjunto arquitectónico es de Alcalá
del Valle, a pesar de que se encuentre situado dentro del término municipal de
Olvera. En el siglo XVI, decide fundarlo el conde de Ureña, de común acuerdo
con Fray Martín de las Cruces, en el emplazamiento de una vieja ermita fundada
en honor a la milagrosa aparición de la virgen a un vaquero en la fuente de
Caños Santos. Fue edificado en un equilibrado estilo manierista, y actualmente
se encuentra en ruinas, pero en proceso de restauración y recuperación. Son
destacables el cenobio de los franciscanos terceros, la desornamentada fachada
de la iglesia, de dos cuerpos y tres calles y la recia torre, coronada de un
campanario ochavado. Es un perfecto ejemplo de cantería y diseño clásico. En
1996 se publicó un libro sobre el Monasterio de Caños Santos titulado Caños
Santos (1512-1996), cuyo autor es José Manuel Dorado Rueda. En 2008 vio la luz
una completa monografía de casi 1.000 páginas titulada La Tercera Orden Regular
en Andalucía. Caños Santos. Historia y vida de un desierto franciscano en los
confines del Reino de Sevilla, obra de Manuel Jiménez, Francisco Siles y Sergio
Ramírez. En dicho libro se hace un estudio pormenorizado y prácticamente
definitivo sobre el monasterio.
- Ermita del Señor de la Misericordia
Esta proporcionada
capilla, muy cuidada y reconstruida en el siglo XX, es uno de los sitios que
suscita más devoción por parte de los vecinos. Su fachada es sencilla y plana,
precedida de una pequeña cancela. Su advocación al Señor de la Misericordia se
produjo porque en este lugar se emplazaba el primitivo camposanto de la
localidad. Es sede de una de las cofradías penitenciales, los
"coloraos", que cada Semana Santa desfila con su imagen titular.
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